La reseña crítica es, simplemente, una valoración personal del contenido de un trabajo resultante de la investigación científica o de productos culturales. En cualquier de los casos, el objeto de la reseña es intentar informa y orientar a otros científicos interesados o al público en general sobre las novedades bibliográficas o la salida al mercado de dichos productos culturales. Unas tendrán una estricta orientación y difusión de la ciencia, mientras que otras, dependiendo del origen, pretenderán el acercamiento de los ciudadanos a la cultura, pero también, como labor de marketing, persiguen la consecución de réditos económicos. Igualmente, los medios utilizados para la publicación o divulgación de estas reseñas son diferentes, por un lado, disponemos de secciones específicas dentro de las revistas científicas, y, por otro, los medios de comunicación tradicionales (prensa, radio y televisión en sus distintos formatos) o de Internet, con webs o blogs especializados, junto a las redes sociales.
La reseña es una fuente de información muy interesante, es una forma más para configurar nuestra propia bibliografía. Sin embargo, no es un recurso común, tanto para ser escrita, como para ser consultada. El modelo actual de difusión no es el más adecuado. Recordemos que el objetivo principal de la reseña es la de difundir, mediante una mirada crítica, las novedades bibliográficas. Las revistas, lugar en donde acaban todas las reseñas, por la tardanza de las ediciones, pueden llegar a retrasar varios años su publicación. Sólo un sistema de edición inmediata, cualidad de las revistas digitales, da sentido a un formato de revisión de la ciencia extremadamente útil.
Por otra parte, por la escasa repercusión que tiene la reseña en nuestro propio currículo, cada vez dedicamos menos tiempo a esta tarea. Sin embargo, por mi propia experiencia creo que es un excelente aprendizaje, por ejemplo mejorando la capacidad de síntesis o abriendo los ojos al contexto y fijándome menos en los datos concretos. Simplemente, quiero ampliar mis conocimientos. En cualquier caso, el porcentaje de trabajos reseñados es ridículo, tanto es así, que los editores de las revisas se ven obligados a encargar un número mínimo para cerrar convenientemente las secciones. Al margen de los intereses que puedan existir, la producción de reseñas debería ser una de las tareas a inculcar entre los estudiantes desde los primeros años de los Grados. Cierto, que suele ser uno de los trabajos estandarizados de las asignaturas, pero es demasiado monótono y no se les explica concienzudamente su sentido; quizá deberíamos replantearnos el objetivo real de dicha práctica.
Otra cuestión, y apunto unas pocas líneas, es la situación que se está generando, como consecuencia de evaluación de la labor investigadora, en las revistas. Ahora, al igual que ocurre con los artículos propuestos, las reseñas enviadas a los editores también podrían ser sometidas a revisiones ciegas. Desde mi punto de vista es un grave error que tendrá consecuencias irreparables. La burocracia tiene un sentido, pero no vale todo.
Centrándonos en las Ciencias Sociales y en las Humanidades, el investigador dispone de múltiples formatos para presentar el resultado de su investigación, son: libros, folletos, actas de reuniones científicas, ciclos de conferencias, catálogos de exposiciones, los monográficos editados en las revistas científicas. Todos han sido editados convenientemente y cuenta con sus mecanismos de difusión, como las propias editoriales, las universidades, los institutos de investigación, etc., pero principalmente las librerías, habitualmente, especializadas. Nosotros, como observadores interesados, atendiendo al interés del contenido propuesto podríamos escribir una reseña crítica.
Igualmente, siempre y cuando el contenido se aproxime a nuestro ámbito de conocimiento, tendremos la ocasión de redactar reseñas de los productos culturales, como la literatura, la novela gráfica, el cine, las serie de televisión, una fotografía, una obra pictórica o escultórica, una exposición, etc. Aquí, dependiendo de toda una serie de circunstancias, estamos ante el resultado procedente de la creatividad, por lo que la implicación emocional, también las ideológicas, religiosas o culturales, son componentes básicos que determinarán, tanto nuestra percepción crítica, como las opiniones expuestas. Sin embargo, cuando se nos proponen exposiciones temáticas relativas a la Historia, a la Historia del Arte, a la Historia de la Fotografía, de fotógrafos documentalistas, de Arqueología, etc., siempre estaremos capacitados para aportar nuestra visión crítica creativa.
Centrándonos ahora en la difusión de la ciencia, como los libros, etc., y desde el punto de vista práctico, varias son las recomendaciones previas: una lectura concienzuda y responsable, la toma de notas, algunas pueden ser literales, y preparar un texto de carácter analítico sintético. En ningún caso, podemos dar por hecho que se trata de un resumen.
Igualmente, aunque es importante la autoría, debemos mantenernos al margen de ella. De alguna manera tendríamos que plantearnos una lectura ciega. Ni todo es óptimo, ni todo es deplorable: simplemente buscamos que el trabajo sea capaz de aporta elementos interesantes para la comunidad científica.
Nuestro análisis siempre se hará desde un conocimiento comedido del contenido del trabajo analizado. La reseña debe plantearse con el mejor espíritu constructivo y proponerse como una invitación para impulsar el debate. Lógicamente, como sabedores de la temática en donde se encuadra dicha investigación, observaremos las realidades expuestas, pero manejando con máxima objetividad dicho conocimiento. En cualquier caso, recalco que se trata de una valoración personal, de carácter orientativo para una comunidad de iguales, interesados en conocer las nuevas propuestas bibliográficas cercanas a sus propios temas de investigación.
La reseña debe cumplir con una serie de criterios, al margen de los indicados más arriba, el principal reflejar fielmente del contenido del libro, con una redacción adecuada y acertada. No se trata de promocionar el producto, sino facilitar la interesante tarea de actualizar la literatura científica.
El primer paso es resumir el cometido de la investigación expresando el objetivo u objetivos de la misma, seguido de un breve sumario que muestre esquemáticamente la estructura del libro. Igualmente, se señalara la inclusión de materiales complementarios, como ilustraciones, tablas, esquemas, anexos, etc. Asimismo, es conveniente valorar, sucintamente, el uso de bibliografía, fuentes primarias, etc. Lógicamente, no podemos olvidar hablar de la metodología. En cualquiera de los casos, estos comentarios ser aportarían si fueran pertinentes, aunque lo haremos comprimiendo la exposición al máximo. A continuación desmenuzaremos el trabajo, bien siguiendo una exposición unitaria o deteniéndonos en cada uno de los capítulos.
En el caso de analizar una monografía colectiva, algunas de las cuestiones anteriores deben ser revisadas. En primer lugar, es prioritario hablar de la temática general del libro, aunque también tendríamos que fijarnos en los subtemas o secciones. Posteriormente, conviene identificar, nominalmente a los investigadores junto al título de su aportación. Si el número de trabajos, como ocurre en las actas de congresos, es extenso, optaremos por las propuestas, a nuestro juicio, más relevantes. Aquí no cabe dedicar un espacio a informar sobre los materiales complementarios o de la metodología. Lo principal es recalcar el objeto principal de la monografía y detenernos, como ya he indicado previamente, en los trabajos sobresalientes.
Como tarea prioritaria, intentaremos resaltar las cualidades, particulares o generales, ya sean las metodológicas, por el uso de fuentes novedosas, por la propuesta de hipótesis interesantes, por el propio desarrollo del trabajo, por las conclusiones, por el esquema, por generar debate, por impulsar nuevas investigaciones, por romper tendencias, por resolver problemas enquistados, etc. Por el contrario, también deberíamos exponer las carencias, tanto por el contenido, como por las teorías propuestas, que el esquema este incompleto o desordenado, etc. Todas las opciones deben ser argumentadas con precisión.
En definitiva, como responsables de la reseña, y de la influencia que pueda tener en la comunidad científica, estamos obligados a realizar un trabajo impecable y constructivo.