Bruce Davidson (Chicago, 1933) es un extraordinario fotógrafo, no solo por la técnica, tampoco por las temáticas, sino por su implicación personal con aquello que capta. De alguna manera, aunque esté tras el objetivo de su cámara, parece estar presente en la vida de aquellas personas que inmortalizó. Y, aunque al principio de su carrera, dentro de la lógica, fue influido por los fotógrafos de la época, posteriormente terminaría por definir su propio estilo, lo que le convertiría en un icono de la fotografía del siglo XX y profesional influyente.
Davidson, asimismo, se define como un fotógrafo humanista, un calificativo acertado, pues su trabajo destila valores, principalmente por que no observa a la persona como objeto, sino como ser humano, como a un igual. Lógicamente, por el contenido de las series, Bruce debe ser clasificado, además, como fotoperiodista, como fotógrafo de rodaje y como fotógrafo social. Y, en cualquier caso, como documentalista.

Los trabajos son de distinto origen, desde materiales para revistas, como Live, como integrante de la agencia Magnum o independientes. Las fotografías publicadas para revistas son interesantes, aunque a veces fuese rechazado por la dureza de su contenido, pues cierta imagen rompía, contradecían y negaban los iconos del “sueño americano”.
El objeto preferido del Bruce es el hombre, quien aparece en retratado en solidario, en pareja o formando grupos. Su persecución del realismo es tan insistente que termina por entrar en contacto con grupos marginales o con aquellos que constituyen pequeñas sociedades, como las comunidades circenses. Igualmente, busca la visibilidad de los indefensos, interiorizando tanto su situación de discriminación que se solidariza con ellos. Por este y otros motivos, no es difícil comprender el trabajo como un conjunto que persigue defensa y la visibilidad de los otros, como su participación, en todos los sentidos, de las marchas a favor de los derechos civiles de los negros.
Otro ejemplo es la serie sobre una de las bandas callejeras, en donde busca al delincuente, sino al adolescente. O la realizada con los vecinos de bloque de viviendas de la calle 100 Este de Harlem, localizado entre la Primera y Segunda Avenida. Estas fotos son magistrales, pues demuestra la invisibilidad del fotógrafo, la colaboración del modelo, el compromiso del icono y el compromiso de la causa. Es tan profunda la relación entre fotógrafo y algunos de los personajes que se establecería una profunda relación de amista o de interés por el progreso de sus vidas.

En definitiva, tenemos una exposición comprometida con los “desheredados”, con la marginalidad, con “los otros” y con “lo primitivo”; le interesa las microsociedades, las familias amplias formadas sin vínculos de sangre: las bandas callejeras, los mineros, las comunidades de vecinos, los clientes de una taberna, etc.
Aquí en las salsas de la Fundación, se proponen las siguientes series: John y Kate Wall, Pagatonia-Arizona (1955); La viuda de Montmartre, París (1956); El enano y el circo (1958-1967); Bandas de Brooklyn, Nueva York (1959); Inglaterra/Escocia, (1960); Sicilia (1961), México (1962), España (1965); Tiempo de cambio (1961-1965); Chicago (1964), Loa Ángeles (1964); Gales (1965); Calle 100 Este, Harlem, Nueva York (1966-1968); Cafetería Garden (1973-1976); Metro de Nueva York (1980); Central Park, Nueva York (1992-1995); Naturaleza de Paris (2005-2006); Naturaleza de los Ángeles (2008-2013).
En definitiva, esta retrospectiva de Bruce Davidson nos propone en recorrido por una parte de las sociedades modernas, actual a pesar de las fechas del trabajo, en donde se observa al hombre invisible, el que matiza la humanidad.
Título: Bruce Davidson(web oficial)
Tipo: Historia de la fotografía. Grandes fotógrafos
Lugar: Fundación Mapfre. Sala Bárbara de Braganza, 13. Madrid
Fechas: desde el 22 de septiembre de 2016 hasta el 15 de enrede 2017.