PHotoEspaña 2015 ha reservado para el espacio de la Fundación Telefónica para presentar una retrospectiva del polifacético fotógrafo guatemalteco Luis González Palma. La muestra no es una exposición de fotografía, sino la presentación de fotomontajes o de objetos pictóricos con base fotográfica, casi setenta obras realizadas entre 1988 y 2015.
Tanto la nota de prensa, como el comisario Alejandro Castellote, se centran en el concepto de constelaciones, Luis, habla de una sola constelación, quizá debería de ser resumido todo bajo el concejo de un alma que ha sufrido y sufre notablemente. Es muy probable, desde mi entendimiento actual, que el adjetivo que califique el trabajo expuesto por este guatemalteco sea el de sufrimiento íntimo. Incluso, el propio montaje, que juega claramente con la oscuridad, para resaltar con luces dirigidas cada una de las obras redunde en este mensaje.
A veces no encontramos demasiado conceptuales, en otras ocasiones las imágenes creadas son mas claras y coloridas –“Jerarquías de intimidad, 2007”-, también se presentan figuras y modelos distorsionados, sobrecogen los retratos de algunos de sus compatriotas.
Sin embargo, de todas las series me quedo “Jerarquías de intimidad, 2004”, pues merece un comentario más detenido, pues Luis González nos muestra una secuencia de mundos que se introducen en el surrealismo con todos sepias, en donde las paradojas del alma parecen vencer a la mente. Se mezclan sueños, pesadillas, submundos, etc., en una sobrecogedora secuencia que demuestra el sufrimiento al que puede llegar el ser humano. En este caso, además, no se ha quedado en un diván, y ha traspaso los intimo para hacerse público, transfiriéndose dicho dolor de persona a persona.
Möbius, 2013No quería hablar de esos años de la Serie Jerarquías de la Intimidad (El Encuentro), 2004Historias Paralelas. Sin título 1995-2012guardaespaldas, serie tu mirada me distorsiona sin saberlo 2009
Título: Luis González Palma. Constelaciones de lo intangible
Uno de los elementos más importantes de una marca es el eslogan. Esa breve y aparentemente insignificante frase que acompaña a restaurantes, tiendas, bebidas, colonias, zapatos… y una larguísima lista de productos y servicios. El eslogan representa a esa marca, refleja toda su esencia de un vistazo. Y reflejar la esencia de un artista del mundo de la ilustración y del cómic (hoy en día también llamado novela gráfica) es una tarea no menos difícil que la llevada a cabo por Coca-Cola, McDonalds o Nike.
Cuando uno conoce, observa y compara el trabajo de Paco Roca, se da cuenta de que su pequeño eslogan sin duda representa y resume toda su producción: la de un soñador que ha compartido sus historias y anécdotas, sus experiencias de y por el mundo, sus encargos y proyectos, sus bocetos, sus retratos, ilustraciones, viñetas y cómics. La producción de un dibujante ambulante.
La Fundación Telefónica ha estrenado recientemente una exposición dedicada a uno de los dibujantes más válidos y versátiles de nuestros días, quien, como cita la introducción de la muestra, «con una docena de novelas gráficas dibujadas y un Premio Nacional del Cómic en 2008 a sus espaldas, Paco Roca es un privilegiado que ha conseguido vivir de su sueño infantil: dibujar tebeos, y además hacerlo en pijama».
En un amplio y diáfano espacio (situado en la segunda planta), la Fundación ha querido repasar el trabajo del valenciano Paco Roca a través no sólo del resultado del mismo, sino especialmente de su proceso: bocetos, apuntes, esquemas, guiones, borradores, notas… dan un toque informal y muy cercano a la exposición. Este es, precisamente, el aspecto más atractivo de la misma, pues además el propio dibujante escribió las simpáticas notas informativas que decoran los murales negros sobre los que se exponen sus trabajos. La iluminación y la estructura de la muestra ayuda a no sentirse mareado entre tantos dibujos, y poder disfrutar de todos ellos siguiendo el orden.
De especial interés son los bocetos y guiones de su novela más conocida, Arrugas, adaptada al cine y ganadora de dos premios Goya. Arrugas está dedicada a todas aquellas personas mayores que sufren Alzheimer y, en general, a la vejez. «Es un tema secundario no sólo en el cine, ocurre lo mismo en la literatura o en los tebeos, hay muy pocas historias que hablen principalmente de las personas mayores. Es como si no existiesen. Por eso me planteé hacer una historia en la que únicamente hubiese personas mayores. Una aberración desde el punto de vista publicitario», escribe Paco Roca en las viñetas de la novela.
Material perteneciente a El invierno del dibujante (2010), La Navidad del dibujante (2010), Memorias de un hombre en pijama (2011) o el premiado Los surcos del azar (2013) se exponen también, cronológicamente, en la Fundación.
Además del material textual y gráfico, la exposición contiene un entretenido vídeo en el que se puede ver a Paco Roca realizando algunos de sus dibujos, así como contando sus experiencias, su visión del mundo del cómic, etc. Haciendo hincapié en la idea de mostrar el making of de sus obras, el elemento más curioso y que sin duda más gusta de la exposición es un pequeño escritorio que recrea el del dibujante, con textos y bocetos a lápiz y una pantalla en la que se proyecta un vídeo del artista dibujando a su simpático alter ego.
Tras la visita a Paco Roca. Dibujante ambulante, los conocedores del campo se sentirán sin duda identificados con más de una peripecia del artista, los aspirantes a ilustradores quedarán asombrados y soñarán con llegar tan alto y los casuales curiosos aprenderán y disfrutarán de este antiguo mundo del cómic que, poco a poco, está renaciendo y haciéndose un hueco como profesión.
Titulo de la muestra: Paco Roca. Dibujante ambulante
Sede: Espacio Fundación Telefónica. C/ Fuencarral, 3, Madrid
Fechas: del 20 de noviembre de 2014 al 15 de febrero de 2015
Catálogo: Paco Roca. Dibujante ambulante. Atisberri, Diputació de Valencia, Museu Valencià de la Il-lustració i de la Modernitat, 2014. 295 pags. ISBN: 978-84-7795-644-0. Web de referencia: http://www.astiberri.com/ficha_prod.php?cod=dibujanteambulante
Se ha elaborado un completo catálogo con motivo de la exposición, en el que distintas personalidades conocedoras del mundo de la ilustración y el cómic (Álvaro Pons, Modesto Granados, Borja Crespo, Eva Preydó…), y el propio Paco Roca, escriben un conjunto de trece capítulos acerca de los distintos trabajos del dibujante, así como anécdotas personales y reflexiones acerca del campo gráfico; acompañado todo esto, como no podía ni debía ser de otra manera, de un abundante número de fotografías, dibujos y bocetos del artista protagonista. A lo largo de 295 páginas viajaremos a través de la mente y la mano de Paco Roca, así como de todas aquellas personas, empresas y proyectos que han pasado por su trayectoria tanto profesional como vital. Color y tipografía se mezclan en este catálogo, recomendado a aquellos que conozcan o sean apasionados del mundo gráfico, no tanto para aquellos que simplemente deseen echar un vistazo a la exposición y conocer cómo trabaja un dibujante ambulante.
Crónica elaborada por Andrea Reyes
Alumna de 4 curso de Humanidades de la Universidad CEU San Pablo
Siempre que comenzamos el tema dedicado a la fotografía, les traslado a mis alumnos varias reflexiones, aunque siempre subrayo una de ellas: como país somos afortunados por contar, en ocasiones desconocidos, con un patrimonio fotográfico enorme. Además, las exposiciones fotográficas, que tan frecuentes son en los últimos años -varias de ellas incluidas dentro de PHotoEspaña– y que tantos nos gustan, demuestran el valor -incalculable-, el volumen -desconocido- y la calidad -indiscutible- de la fotografía analógica.
Precisamente, la recuperación de la obra de Arissa, gracias a la iniciativa de la Fundación Telefónica, certifica el anterior comentario. Ahora, como colofón al proyecto se ha presentado una exposición antológica.
Como primer comentario debo indicar que el trabajo de Antoni Arissa Asmarats (Barcelona, 1900-1980), asombra, tanto por la técnica, como por la iconografía. Dicha emoción se agranda cuando comprendemos el valor los fotógrafos que utilizaban aquellas cámaras “primitivas”. Otro de los elementos sobresalientes es el destino de su trabajo, el “arte fotográfico”, y el medio para la difusión, las revistas especializadas en fotografía. Efectivamente, el fotógrafo catalán se aparta de los reporteros gráficos, documentalistas de la actualidad que buscaban colocar su trabajo cotidiano en los diarios y en las revistas ilustradas.
Por tanto, Arissa utilizará la fotografía como una forma de expresión intelectual, de proyección artística, tan intensamente, que algunas de sus obras deben ser incluidas en la tendencia pictoricista. En este momento los personajes capturados componen escenas fuera del estudio, con paisajes rurales y urbanos que trasmiten cierto grado de melancolía.
El siguiente paso, sin embargo, es diametralmente opuesto, pues se integraría en la corriente de la vanguardia fotográfica, siendo uno de los mejores exponentes españoles. En este momento su profesión de origen, el oficio de impresor, acentuarían las cualidades personales, una labor que cuadra perfectamente con una potente modernización de la publicidad impresa, medio muy influenciado también por las corrientes de la época, y cuyos diseños daban cabida a la fotografía como soporte. Ahora, Arissa busca como objeto de estudio a niños y adultos, a familiares y desconocidos, exteriores abiertos, interiores, objetos, composiciones y montajes. En su composición es determinante la utilización de la luz, en concreto la utilización de las sobras. Lógicamente, el formato en blanco y negro facilita esta estética. Por otro lado, y a pesar de ser un punto y aparte en su trabajo, sigue empleando las reconstrucciones teatralizadas, algunas incluso recuerdan ciertos rasgos de la propaganda política de la época (catálogo, pp. 68 y 69). En cualquier caso, su vanguardismo incorpora los rasgos del modernismo, tan visible en Europa, como en Estados Unidos. Incluso, algunas de estas imágenes, por su estética, podrían compararse a ciertas escenas del filme expresionista aleman Metropolis del austriaco Fritz Lang (1927).
La Guerra Civil tendría un efecto negativo sobre Antoni, pues abandonaría el arte de la fotografía. La quiebra intelectual de la postguerra fue definitiva.
La exposición reúne 161 fotografía catalogadas entre 1922 y 1936. El espacio expositivo se organiza principalmente a lo largo de varios pasillos paralelos y siguiendo un riguroso orden cronológico. Una advertencia a los visitantes, no debemos olvidarnos de las paredes exteriores, no están fuera del circuito. Otro de los elementos, que si no se explican, pasan desapercibidos a los ojos de público. La mayoría de las fotografías tienen un tamaño adecuado para la contemplación, no se emplea el gran formato –según el color del marco se identifica la procedencia de los fondos-, el formato de menor tamaño –tanto el marco, como la reproducción en papel- se corresponden con reproducciones originales.
Presentación de la exposición a la prensaEl comisario Valentín Vallhonrat explica la muestra
Arissa es un gran fotógrafo, sorprende por su estética y temática. Familiarizados con el enorme volumen de la fotografía documentalista, y aunque su trabajo sirva para ilustrar una época, contemplar imágenes alejadas “de la realidad mediática” es reconfortante. En el fondo hemos cambiado una pinacoteca por una fototeca, por una magnífica fototeca, en donde es complicado señalar algunos ejemplos identificativos, quizá, y entro otros motivos, ante la falta de títulos que identifiquen muchas de las fotografías. No obstante, destacaría aquellas que incluyen a niños, también a sus hijas, algunas de las naturalezas muertas, El beso, El perseguido, etc.
Mª Angeles Arissa hija y temática de Antoni posa ante los fotógrafos delante de sus fotografías
Título de la exposición: Arissa. La sombra y el fotógrafo 1922-1936
Sede: Espacio Fundación Telefónica. Gran Vía, 28. Madrid
Fechas: del 4 de junio al 14 de septiembre de 2014
Catálogo de la exposición: Zúñica Ortiz, C. (2014) Arissa. La sombra y el fotógrafo 1922-1936. Madrid: Fundación Telefonía, 194 págs.
Este catálogo-álbum cuenta con un capítulo introductorio firmado por los comisarios de la exposición, Rafael Levenfeld y Valentín Vallhonrat, que lleva el mismo título que la muestra (pp. 6-17). El texto contextualiza la obra de Arissa, también la línea argumental y narrativa de la exposición, agrupando el material a lo largo de tres los bloques temático. El tono del discurso es sencillo, cercano y, por supuesto, divulgativo.