Baiget, T., Torres-Salinas, D. (2013) Informe APEI sobre Publicación en revistas científicas. Gijón, Asociación Profesional de Especialistas en Información, [en línea]. Disponible en: http://www.apei.es/informes/InformeAPEI-Publicacionescientificas.pdf.
El informe debe entenderse como una herramienta, como una guía, no solo para los investigadores, también para los editores de las revistas científicas. Una de las principales virtudes es su sencillez, plasmada por sus autores en un esquema claro, cuyo contenido es captado sin problemas. Ya en el primer párrafo de la introducción plantean una interesante afirmación: «la ciencia que no se publica no existe, o que lo que no se publica y se difunde no es ciencia. Aunque en algún caso pueda ocurrir, no tiene mucho sentido investigar sólo para satisfacer una curiosidad personal y luego guardarse los conocimientos adquiridos, sin comunicarlos a nadie. A efectos de la sociedad eso sería sólo un pasatiempo, y obviamente el resultado obtenido no pasaría a engrosar el estado del arte (state of the art) –el fondo de conocimientos de la humanidad-, sería ignorado como si no se hubiera hecho» (p. 8). De hecho, la publicación de los resultados alcanzados en la investigación es el paso final del «ciclo de la investigación científica». Aquí y ahora se entrelazan varios conceptos, como: deber moral, público objetivo con perfil científico, publicaciones de prestigio y reconocimiento personal. La difusión sólo será posible mediante la publicación de la investigación en «medios de alta circulación» (p .9).
Aunque en el informe se hablan de distintos formatos para la difusión científica, los autores se han centrado en la revista científica de «prestigio».
El texto se estructura en once epígrafes, que pueden agruparse en cuatro aspectos: tipos de publicaciones, prioritariamente, como se indica en el título, la revista científica; como preparar un manuscrito original (muy desarrollado), incluyendo distintos matices, como la ética de del investigador; la idónea selección de la revista, entre las que destacaría la publicación en abierto; y, una vez publicado nuestro trabajo, la promoción del mismo.
1. Las revistas (pp. 15-24). En el informe, tras una breve recopilación de datos referidos a la importancia de las revistas como publicación, como funciona y criterios para determinar su eficacia, se identifican los diverso índices de calidad, rankings y clasificaciones disponibles en la actualidad.
2. Los manuscritos (p. 25-56) Preparar un original no es tarea sencilla, ni en los aspectos de contenido, ni en los aspectos formales. Por tanto, poder acudir a un texto que desarrolle y explique una serie de recomendaciones es un excelente punto de partida. No obstante, los buenos deseos de los redactores del informe, chocarán, en muchas ocasiones, con las normas propuestas, muy diferentes entre sí, por las redacciones de las revistas. Hoy por hoy, no existe una norma única de presentación de originales, tampoco entre las revistas editadas por la misma institución. Al margen de este comentario, es muy útil el desarrollo para estructura un artículo en partes, el planteamiento de las conclusiones o la aportación de materiales, como imágenes, tablas, listas de referencias bibliográficas, etc.
Precisamente, con respecto a la lista de referencias bibliográficas parece necesario añadir criterios morales, insistiendo en la honestidad, no solo frente al reconocimiento del trabajo de otros, sino por la denuncia de la utilización de las citas de manera interesada. Dos son los casos más frecuentes y extremos, las escuelas ocultas o la omisión interesada. En cualquier caso, los autores que aplican estos criterios están eclipsando el debate científico.
Si seguimos leyendo el informe, los aspectos éticos no son una obligación en exclusiva de los autores de los manuscritos. Igualmente, editores y evaluadores deben someterse a una estricta moral, que incluye la responsabilidad de detectar plagios (se incluyen recursos para corroborar la autenticidad de los originales) (pp. 57-66).
3. La selección de la revista (pp. 67-76). El investigador a la hora de la elección de la revisa para conseguir una mejor y mayor difusión de su trabajo debe tener en cuenta las siguientes características:
- temática (todas las revistas científicas tienen una sección con su cobertura);
- prestigio y estatus científico (factor de impacto);
- plazos de evaluación y publicación (si por ejemplo una revista tarda como cosa normal un año en publicar, posiblemente los autores no quieran esperar tanto tiempo);
- difusión;
- disponibilidad electrónica;
- coste por publicar (revistas de acceso abierto y otras que cobran por exceso de páginas o por ilustraciones en color) (p. 67).
Hoy en día, a la calidad y prestigio de una revista debe sumarse la disponibilidad electrónica y el acceso abierto, pues de esta manera, junto a valor de la calidad se añada el de la difusión universal.
4. Promoción del artículo (pp. 86-89). La responsabilidad del investigador no se cierra con la publicación del resultado de su investigación, sino que prosigue con la promoción del artículo, pues tiene la obligación de alcanzar la mayor difusión posible. Ahora es determinante el empleo de las redes sociales, como academia.edu o google citation profiles, etc. En cualquier caso, favorecemos una amplia consulta entre iguales, además de otro público interesado, y mejora la posibilidad del impacto futuro en citaciones.
Información complementaria:
Rodríguez-Yunta, L. y Giménez-Toledo, E. (2013) «Fusión, coedición o reestructuración de revistas científicas en Humanidades y Ciencias Sociales». El profesional de la información, 22 (1), 36-45. Disponible en: http://digital.csic.es/bitstream/10261/67674/1/EPI%20036-045.pdf
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